Los tres inventos árabes que se usaron contra el coronavirus

28
Mar
Página original del Canon de Medicina de Avicena

Los tres inventos árabes que se usaron contra el coronavirus

Ante la viralización racista de la burla “orientalista” ocasionada por el Covid19, no resulta ocioso recordar por ejemplo que, al igual que la rueda, la literatura, los códigos legales, el arado, etc., la fórmula del jabón viene descripta desde el 2.800 a.C. en tablillas irakíes.

Continuada hasta hoy en la ciudad siria de Alepo, su fabricación llegará a la Península Ibérica en el siglo XI d.C. arabización mediante, convirtiéndola en uno de sus principales productores con el jabón de Castilla. Cuya versión francesa es el jabón de Marsella.

También, que “alcohol” es el término castellano de origen árabe (al – kuhul, ¨espíritu” o “escencia”) que designa la substancia que Rhazes (Al-Razi 854-925 d.C.) obtiene para uso antiséptico en heridas antes, durante y luego de la cirugías del hospital de Bagdad, por destilación del alambique que inventó a tal efecto.

La aplicación del mismo protocolo por los cirujanos andalusíes, elevó tanto la tasa de sobrevida de los pacientes de la Córdoba árabe que llegó a ser la “Clínica Mayo” (Minnesota) de su época. Eso contribuyó a que casi todos los idiomas europeos adoptaran ese término castellano para denominar al antiséptico.

Lo mismo sucedió con la palabra “cuarentena” que designa al método para evitar el contagio mediante aislamiento sanitario de 40 días, inventado por Avicena (Ibn Sina 980- 1037d.C.) y al que bautiza en la enciclopedia médica de 14 tomos que escribió en árabe (“El Canon de Medicina” “Al-qanun fi al-tibb”) como “Arbi’iniya”, literalmente “Cuarentena”.

Así, al existir vocablo castellano con idéntico significado numérico de “conjunto de 40 unidades”, y visto el éxito médico obtenido con la aplicación del método, pasará a la palabra castellana el nuevo significado dado por Avicena a la palabra árabe, mas no esa palabra, reemplazando en ambos casos aquel significado numérico. Este “calco semántico” alcanzará tal grado de arraigo y universalización que incluso hoy cuando el periodo de aislamiento no tiene 40 sino 15 días, nos resulta inevitable llamarlo “Cuarentena”.

Dado que difícilmente la mofa orientalista no nos provoque cierta gracia inicial, lo fácil que resulta enterarse por internet de continuidades culturales como las mencionadas, tan transversales a lenguas, credos, colores de piel y nacionalidades como omitidas por los materiales y programas de la educación pública, cabe preguntarnos si la paradoja no es un indicador más del agotamiento de un sistema educativo que insiste en formarnos, retratarnos y pensarnos como sociedad de un solo abuelo blanco y europeo.

Para el que lo “argentino” podrá ser cualquier cosa (incluso delincuente) pero nunca “chino” o “árabe” y cuya certeza admite y hasta requiere para subsistir, que identidades como esas puedan deshumanizarse unilateralmente como peligro mortal.

Por lo que cabe también preguntarnos si está crisis no es una oportunidad para construir narrativas y representaciones del mundo propias y superadoras de las ciencias sociales y el pensamiento de aquellos países europeos que asignaron grados de humanidad y civilización por esencia biológica, adhesión religiosa, uso lingüístico, o pertenencia geopolítica, “obligando” a todo sistema educativo a negar o negativizar cualquier parte de su propia diversidad que no se relacione con esa noción de lo europeo, si no quiere quedar en el lado “equivocado” de la Historia o fuera de lugar en su propio Mundo.

Hoy más que nunca, necesitamos una conciencia de pertenencia recíproca a una misma especie y Casa común, que nos permita enfrentar a la especie que ahora amenaza la existencia de la nuestra y que encuentra en el racismo a un aliado natural, porque destruye la cohesión social y solidaridad intercultural indispensables para aplicar la última línea de defensa de la que disponemos hasta el momento: el invento árabe de la Cuarentena.

Hamurabi Noufouri es Director del Doctorado y la Cátedra UNESCO en Diversidad Cultural (UNTREF).

Diario Clarín

 

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