CARTAS DE FEARAB AMÉRICA A AUTORIDADES DE LA ONU

13
Sep

Santiago de Chile, 7 de septiembre de 2022

S.E. Sr. Abdullah Shahid
Presidente
Asamblea General de las Naciones Unidas

El Consejo Directivo de la Federación de Entidades Americano-Árabes, Fearab América, saluda a usted y por vuestro intermedio, a los honorables señores representantes diplomáticos integrantes de la Asamblea General de las Naciones Unidas que iniciarán el próximo 13 de septiembre, el 77o período de sesiones.

Por la presente, nuestra organización de carácter civil, Fearab América, representante de los expatriados sirios, libaneses y palestinos, y sus descendientes en toda América Latina, se dirige a la Comunidad Internacional, a partir de la obligación moral que impulsa la necesidad de plantear nuestra perspectiva frente a la dura situación política, económica y social resultante del flagelo de una guerra terrorista impuesta contra la República Árabe Siria, su Estado Nacional y su Pueblo, desde hace ya más de 11 años.

En ese marco, resaltamos el coraje y la valentía de toda la sociedad siria que hasta la fecha, valientemente ha podido resistir la avanzada del terrorismo internacional y sus patrocinadores, como así también las agresivas agendas de las potencias -de carácter regional y global- ocupantes del territorio sirio, que se sostienen violando todos y cada uno de los principios rectores de la legalidad internacional, que se desprenden de las normas de no injerencia y respeto a la soberanía de los estados, que fija la Carta fundacional de las Naciones Unidas.

Tanto el terrorismo salvaje, como la intervención de terceros estados dentro de las fronteras sirias, han convertido a Siria en un gran campo de batalla. Durante todos estos años, se han visto destruidas un gran número de ciudades, buena parte de las estructuras del Estado y los servicios públicos, forzando a un enorme éxodo poblacional en la región similar a la expulsión forzosa sufrida por el pueblo palestino tras la ocupación de su tierra a fines de la década de 1940.

Hoy, luego de más de una década de sufrimiento, y con un Estado y liderazgo sirios que han salido triunfantes tras dar un ejemplo al mundo de resistencia frente al terrorismo y la usurpación, ha llegado para Siria la hora de la reconstrucción. Sin embargo, a partir de 2020, hemos visto con mucha preocupación como a las particulares desgracias de esta guerra terrorista impuesta, se ha agregado la nociva práctica del terrorismo económico a partir de la imposición de las llamadas “sanciones” unilaterales e ilegales, por parte de los Estados Unidos y las potencias vinculadas o incluso coaligadas con la ilegal presencia militar estadounidense y turca en territorio sirio y sus prácticas de flagrante y violación a la soberanía siria, así como de permanente saqueo de sus recursos naturales, energéticos y alimenticios.

En dicho marco, es de especial ferocidad para la recuperación del pueblo sirio, la
denominada Ley César estadounidense, que entró en vigor en 2020 y que obstaculiza todo
esfuerzo por parte de cualquier persona física o jurídica que pretenda colaborar con la
reconstrucción del país. Es oportuno recordar que la propia Relatora Especial sobre Medidas
Coercitivas Unilaterales de la ONU —la Sra. Alena Douhan— ha sido taxativa al definir que la
aplicación de este instrumento sólo colaborará en un recrudecimiento de la crisis humanitaria
existente.

Según alegan los impulsores de la mencionada coerción económica, tanto las restricciones al acceso de la ayuda humanitaria, como a la reconstrucción de infraestructura civil, persiguen el objetivo condicionar al Gobierno sirio, pero resulta evidente que el padecimiento concreto que genera esta coerción y presión económica, va dirigido al pueblo sirio en su conjunto, convirtiéndose así en una renovada forma de agresión que busca socavar la legitimidad del liderazgo sirio, persiguiendo la nociva agenda de actores globales y regionales.

A todo lo mencionado debe sumarse, la permanente agresión bélica que sufre la República Árabe Siria por parte de la potencia ocupante de Palestina y el Golán Sirio, es decir, el régimen de Israel, cuyos ataques aéreos y bombardeos constantes hacen blanco libre e impunemente sobre infraestructuras civiles y militares causando cuantiosos daños materiales y bajas humanas, que no parecen estar en el radar de la Comunidad Internacional ni los medios de comunicación hegemónicos.

Señor Presidente:

Ante esta grave realidad impuesta por un manto de impunidad que parece cubrir las prácticas de agresión, ocupación, saqueo e ilegales medidas de coerción económica, que tienen como blanco a Siria y su pueblo, resulta sumamente preocupante a su vez como la conjugación y simultaneidad de estos factores socaba impunemente el Derecho Internacional, a la vez que refuerza una política de doble rasero que erosiona los pilares mismos del sistema internacional.

Por ello, solicitamos a los representantes de los países miembros del honorable órgano de Naciones Unidas que Ud. preside:

  1. 1. Que impulsen una iniciativa política contundente a fin de que las potencias intervencionistas, tanto regionales como globales, cesen su accionar de Ocupantes, Saqueadores y Agresores Impunes de una Nación soberana que esgrime sus derechos bajo la legislación internacional.
  2. 2. Que sea derogada y declarada nula toda legislación unilateral que pretende disfrazar el terrorismo económico mediante la aplicación de “sanciones” cuyo único resultado es la profundización de los padecimientos ya sufridos por Siria y su pueblo desde 2011.

Finalmente, Señor Presidente:

Los millones de árabes y sus descendientes que vivimos en América Latina, nucleados
dentro de la decana entidad madre, Fearab América, (compuesta por federaciones nacionales
de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, Panamá, Venezuela y Uruguay), solicitamos al órgano
que usted preside, y por su intermedio a todos los estados del mundo, el apoyo y respeto al
principio de la autodeterminación del pueblo sirio dentro de su territorio, así como a la defensa
de la integridad territorial y soberanía nacional de la República Árabe Siria.

George El Alam Sepúlveda                                                              Salvador Makluf Freig

          Presidente                                                                                   Secretario General   

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Santiago de Chile, 7 de septiembre de 2022

S.E. Sr. Embajador Nicolás de Riviere
Presidente
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

El Consejo Directivo de la Federación de Entidades Americano-Árabes, Fearab América, saluda a usted y por vuestro intermedio, a los honorables señores representantes diplomáticos integrantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Por la presente, nuestra organización de carácter civil, Fearab América, representante de los expatriados sirios, libaneses y palestinos y sus descendientes en toda América Latina, se dirige a la Comunidad Internacional, a partir de la obligación moral que impulsa la necesidad de plantear nuestra perspectiva frente a la dura situación política, económica y social resultante del flagelo de una guerra terrorista impuesta contra la República Árabe Siria, su Estado Nacional y su Pueblo, desde hace ya más de 11 años.

En ese marco, resaltamos el coraje y la valentía de toda la sociedad siria que hasta la fecha, valientemente ha podido resistir la avanzada del terrorismo internacional y sus patrocinadores, como así también las agresivas agendas de las potencias -de carácter regional y global- ocupantes del territorio sirio, que se sostienen violando todos y cada uno de los principios rectores de la legalidad internacional, que se desprenden de las normas de no injerencia y respeto a la soberanía de los estados, que fija la Carta fundacional de las Naciones Unidas.

Tanto el terrorismo salvaje, como la intervención de terceros estados dentro de las fronteras sirias, han convertido a Siria en un gran campo de batalla. Durante todos estos años, se han visto destruidas un gran número de ciudades, buena parte de las estructuras del Estado y los servicios públicos, forzando a un enorme éxodo poblacional en la región similar a la expulsión forzosa sufrida por el pueblo palestino tras la ocupación de su tierra a fines de la década de 1940.

Hoy, luego de más de una década de sufrimiento, y con un Estado y liderazgo sirios que han salido triunfantes tras dar un ejemplo al mundo de resistencia frente al terrorismo y la usurpación, ha llegado para Siria la hora de la reconstrucción. Sin embargo, a partir de 2020, hemos visto con mucha preocupación como a las particulares desgracias de esta guerra terrorista impuesta, se ha agregado la nociva práctica del terrorismo económico a partir de la imposición de las llamadas “sanciones” unilaterales e ilegales, por parte de los Estados Unidos y las potencias vinculadas o incluso coaligadas con la ilegal presencia militar estadounidense y turca en territorio sirio y sus prácticas de flagrante y violación a la soberanía siria, así como de permanente saqueo de sus recursos naturales, energéticos y alimenticios.

En dicho marco, es de especial ferocidad para la recuperación del pueblo sirio, la denominada Ley César estadounidense, que entró en vigor en 2020 y que obstaculiza todo esfuerzo por parte de cualquier persona física o jurídica que pretenda colaborar con la reconstrucción del país. Es oportuno recordar que la propia Relatora Especial sobre Medidas Coercitivas Unilaterales de la ONU —la Sra. Alena Douhan— ha sido taxativa al definir que la aplicación de este instrumento sólo colaborará en un recrudecimiento de la crisis humanitaria existente.

Según alegan los impulsores de la mencionada coerción económica, tanto las restricciones al acceso de la ayuda humanitaria, como a la reconstrucción de infraestructura civil, persiguen el objetivo condicionar al Gobierno sirio, pero resulta evidente que el padecimiento concreto que genera esta coerción y presión económica, va dirigido al pueblo sirio en su conjunto, convirtiéndose así en una renovada forma de agresión que busca socavar la legitimidad del liderazgo sirio, persiguiendo la nociva agenda de actores globales y regionales.

A todo lo mencionado debe sumarse, la permanente agresión bélica que sufre la República Árabe Siria por parte de la potencia ocupante de Palestina y el Golán Sirio, es decir, el régimen de Israel, cuyos ataques aéreos y bombardeos constantes hacen blanco libre e impunemente sobre infraestructuras civiles y militares causando cuantiosos daños materiales y bajas humanas, que no parecen estar en el radar de la Comunidad Internacional ni los medios de comunicación hegemónicos.

Señor Presidente:

Ante esta grave realidad impuesta por un manto de impunidad que parece cubrir las prácticas de agresión, ocupación, saqueo e ilegales medidas de coerción económica, que tienen como blanco a Siria y su pueblo, resulta sumamente preocupante a su vez como la conjugación y simultaneidad de estos factores socaba impunemente el Derecho Internacional, a la vez que refuerza una política de doble rasero que erosiona los pilares mismos del sistema internacional. Por ello, solicitamos a los representantes de los países miembros del honorable órgano de Naciones Unidas que Ud. preside:

  1. Que impulsen una iniciativa política contundente a fin de que las potencias intervencionistas, tanto regionales como globales, cesen su accionar de Ocupantes, Saqueadores y Agresores Impunes de una Nación soberana que esgrime sus derechos bajo la legislación internacional.
  2. Que sea derogada y declarada nula toda legislación unilateral que pretende disfrazar el terrorismo económico mediante la aplicación de “sanciones” cuyo único resultado es la profundización de los padecimientos ya sufridos por Siria y su pueblo desde 2011.

Finalmente, Señor Presidente:

Los millones de árabes y sus descendientes que vivimos en América Latina, nucleados dentro de la decana entidad madre, FEARAB América, (compuesta por federaciones nacionales de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, Panamá, Venezuela y Uruguay), solicitamos al órgano que Ud. preside, y por su intermedio a todos los estados del mundo, el apoyo y respeto al principio de la autodeterminación del pueblo sirio dentro de su territorio, así como a la defensa de la integridad territorial y soberanía nacional de la República Árabe Siria.

George El Alam Sepúlveda                                                              Salvador Makluf Freig

          Presidente                                                                                   Secretario General